Barcos hundidos

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L'Ametlla de Mar, su costa y el Golfo de Sant Jordi, fueron testigos de muchos hundimientos de barcos en diferentes épocas de la historia. Pero es a principios del siglo XX, y relacionado con la I Guerra Mundial, cuando se producen los hundimientos más numerosos y significativos.

La zona más cercana a la costa del Golfo de Sant Jordi era utilizada por muchos barcos de carga y también de transporte militar para realizar trayectos que quedaban protegidos por ser dentro de una zona neutral y, en teoría, los submarinos alemanes, en campaña por la zona, no podían atacarlos. Pero demasiadas veces, al conocer la forma del Golfo, los barcos realizaban un trayecto en línea recta desde el Cabo de Salou hasta el Cabo de Tortosa (Delta de l'Ebre), y justo frente a l'Ametlla de Mar, quedaban en aguas internacionales y allí los submarinos los esperaban para hundirlos.

A lo largo del tiempo se ha conocido la existencia de los conocidos “gantxos”, era el nombre utilizado por los pescadores que enganchaban las redes al pasar por encima de estos numerosos pecios.

Pero desde hace un tiempo se han podido investigar esta quincena de barcos de gran tonelaje hundidos y cada uno tiene una historia detrás, que se ha trabajado y se quiere poner en valor.

El Correo, Correo es el nombre de uno de los más famosos. Cuando se hundió frente a las costas de l'Ametlla de Mar, en 1917, se llamaba Cavour. Está hundido a 2 millas de la costa y a unos 52 metros de profundidad. El Cavour chocó con el Caprera, un barco auxiliar que lo acompañaba, pero antes, en 1909, el Cavour se llamaba Florida y pertenecía a otra compañía. En uno de los viajes que realizaba frente a las costas de Nueva York, protagonizó un accidente con un gran transatlántico llamado Republic.

El Republic se hundió, y nuestro Florida sufrió graves desperfectos, pero gracias a un tal Jack Bins se utilizó por primera vez la Telegrafía para gestionar la evacuación del Republic. Murieron 3 personas y el resto se salvó al llegar muchos otros barcos a la zona para ayudar a los pasajeros y tripulaciones.

El Republic pertenecía a la Compañía White Star Line, y como anécdota, al haberse producido la pérdida del barco más importante que tenían, comunicaron a la tripulación que estaban construyendo el mayor transatlántico de la historia, el Titanic, y que como premio por el importante salvamento pasarían a formar parte de la tripulación del Titanic.

El causante de todo este lío duerme bajo las aguas de l'Ametlla de Mar, debido a una mala transcripción de la época. No se conocía su localización, ya que habían publicado que el Cavour-Florida estaba hundido frente a las costas de “Armeville”, cuando después resultó que era “Ametlla”.

Otro hundimiento grave por las víctimas que supuso fue el Medjerda, en 1918, un barco que transportaba tropas y suministros y que al intentar escapar de un submarino alemán fue torpedeado y reposa a una profundidad de 105 metros. Allí murieron 352 personas.

Estos son solo dos de los barcos hundidos durante el periodo de 1916 a 1918, hay otros de gran tonelaje y cada uno con su historia particular: Skogland, Ausonia, Lefkòsia, Gratangen, Fert, Chulmleigh, hasta un total aproximado de 35 pecios, y un tonelaje de 99,000 toneladas.

Cuatro comandantes de los submarinos alemanes son los que más actuaron durante aquellos años en el litoral del Golfo de Sant Jordi: Arnauld de la Periere, Valentiner, Rücker y Moraht.

Estas son unas historias que nos hacen únicos, ya que solo en las Islas Orcadas, al norte de Escocia, hay una concentración tan importante de hundimientos. Y forman parte de nuestra historia, incluso en los años 50-60, buzos se dedicaban a la extracción de hierro de los barcos.